Visita y Medición de Oxigeno en la Cueva del Boquerón


En la primavera de 2019 mis grandes amigos Javi y Yunta me hablaron de la Cueva del Boquerón en Cuenca mientras hacíamos el sector I de la cueva de los Chorros en Albacete. Me comentaron que era parecida, guardando las distancias. Además, me comentaron que tenía un sifón permanente de unos 3 metros de longitud que estaba bastante curioso.

Desde ese día me crearon una necesidad de visitar dicha cueva, jejeje.

 

Otro buen amigo, Lupo, dijo que si íbamos se animaba a venirse con nosotros.

Así que finalmente el plan salió para el sábado 4 de Julio de 2020. Finalmente, Yunta y Javi por motivos de trabajo no pudieron venir. Aunque conseguimos engañar a Diego y Pedro.

Aprovechando la visita le comentamos a Orozco que mediríamos el oxígeno en dicha cavidad, puesto que hasta ese día no teníamos ningunos datos referentes al oxígeno en dicha cueva.

Quedamos con Lupo a las 08:00 en Villalba de la Sierra. Tomamos un café, desayunamos y nos pusimos camino hacia la cueva.

La cueva se encuentra entre las localidades de Uña, Buenache de la Sierra y Beamud.

Después de 40 minutos en coche llegamos donde se debe de aparcar el coche. Fuimos con la Pick Up de Lupo, lo que nos permitió acercarnos 500 metros más que si hubiésemos ido con alguno de nuestros vehículos. ¡¡Que vagos nos estamos volviendo con la edad!!

Desde que aparcamos el vehículo hasta la boca de la cueva hay unos 1,5 kilómetros, que los realizamos en unos 20 minutos. Decir que existe un PR que nos lleva hasta la boca de la cueva, puesto que en invierno y épocas de lluvia los senderistas aprovechan para ir a ver surgir agua por la boca de la cueva.

El camino de aproximación es muy bonito. Y sus últimos metros transcurren por la base de paredes de caliza veteada típicas de la zona.

                                                                        

Al ser Julio no manaba agua la boca, ni existía agua en la charca de entrada de la cueva. Lo que es lo ideal para poder pasar el sifón sin problemas.

Comemos algo y nos colocamos los neoprenos. Finalmente, sobre las 10:30 empezamos a entrar en la cueva.

Comentar que la cueva tiene un desarrollo de 5,36 kilómetros. Con una galería principal, que al llegar al lago Ariadna donde la cavidad se divide en dos galerías, la Galería Sur de los Sifones y la Galería Miró.

La entrada con muchos mosquitos como se está convirtiendo en costumbre en las cavidades de la zona ¿Por qué extraño motivo pasará esto, sobre todo en los últimos años?

Encendemos el medidor de oxígeno y accedemos a la cueva. A los pocos metros de entrar nos baja a valores de 19,5 % de oxígeno, y superado el sifón 18,5%, cosa que esperábamos que bajase un poco al estar en el mes de Julio y estar en una ola de calor bastante importante. Recordar que, según los estudios realizados por la FCMEC, con Orozco a la cabeza, con el calor le cuesta regenerar el aire dentro de las cuevas, lo que hace que bajen un poco los valores de oxígeno.

                           

                                   

 

Se avanza por los primeros metros y empezamos a encontrarnos las primeras charcas. A los pocos metros pasamos por una bifurcación que sale a la derecha y que a los pocos metros vuelve a la galería principal, pero nosotros continuamos por la galería principal.

Se van alternando tramos acuáticos con tramos secos. Hasta que a los poco más de 400 metros nos encontramos con el sifón Almusent. Parece bastante fácil, pero “da cosilla”. Lupo, que ha estado en la cueva alrededor de unas ocho veces tenía que ser el primero.

                                                           

Finalmente, con mayor o menor dignidad, jeje, todos acabamos pasando el sifón. Continuamos nadando y andando hasta llegar al precioso Lago Ariadna.

Aquí decidimos ir primero por la Galería Sur de los Sifones. Avanzamos nadando y andando hasta llegar al sifón temporal, el cual estaba totalmente sifonado. Así que nuestro gozo en un pozo, hemos llegado hasta el final que podemos llegar por esta galería.

                             

 

Nos damos media vuelta y volvemos al Lago Ariadna. Desde aquí tomamos ahora la Galería Miró.

Superamos un desagüe de unos cinco metros con una fácil trepada y continuamos por el Lago Brrruuu, luego continuamos por la galería superando unos increíbles Gours hasta llegar al primer caos de bloques. Se continúa y se llega al caos de bloques “mírame no me toques” que se supera por una pequeña gatera.

Se continúa por la galería en ocasiones acuática en ocasiones seca hasta llegar a dos pronunciados cambios de dirección, el primero a la derecha y el segundo a la izquierda.

Llegamos al siguiente caos, que también superamos por una estrecha gatera. Se prosigue por la galería en forma de meandro, llegando al último caos de bloques, aquí el meandro se va estrechando hasta que luego vuelve a abrirse y se llega a una zona de arena más cómoda.

 

 

Estábamos casi al final de la galería, pero llevábamos una topo vieja en la que no estaba representada esta galería y por tanto no sabíamos cuánto nos quedaba para llegar al final. Se nos estaba echando el tiempo encima, ya eran las 14:00 y tampoco queríamos salir muy tarde, así que decidimos darnos la vuelta ya.

 

 

 

 

 

 

Nos damos la vuelta mismo recorrido por la Galería Miró hasta el Lago Ariadna, luego galería principal, volvemos a superar el sifón. De nuevo Lupo primero, jeje.

Sobre las 16:00 estamos en la calle ya. Nos cambiamos y realizamos el retorno, a las 16:30 estamos en el coche. Nos tomamos un refresco algunos y cervezas otros y nos vamos para Villalba.

Al llegar a Villalba, tomamos algo rápido, nos despedimos y sobre las 18:00 cada uno para su casa.

A mí me toco aguantar un poco más a Diego, aunque siempre es un placer, puesto que habíamos venido juntos desde la localidad de Paredes.

 

En definitiva, lo más importante fue que pasamos un gran día entre amigos y que para Diego, Pedro y para mí conocimos la cueva la cual nos encantó.

Esperemos poder repetir pronto.

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