El 26 de julio Quique, Jorge y el que os habla, nos fuimos a Juñoso-Ancha a echar un vistazo a los anclajes de la rampa que baja a la Galería de las Maravillas porque nos pasaron la información de que se habían aflojado los parabolts y las chapas bailaban.
En Guadalajara había una ola de calor como nunca y cual no sería nuestra sorpresa que en la zona occidental de Cantabria hacía un frio del patín. De hecho aquella noche llovió.
Teníamos pensado vivaquear al pie de las antenas, donde el aparcamiento, pero tuvimos que buscar una cabaña de pastores para pasar la noche. Quique fue el que nos encontró tan buen hospedaje.
A la mañana siguiente, y tempranito, nos largamos para las bocas con intención de instalar ambas y después de arreglar esos anclajes, si nos era posible, hacer la travesía.
El día amaneció estupendo y las vistas del mar desde el pateo de acceso maravillosas.
Nos pusimos a instalar: Jorge, Ancha y Quique Juñoso. Yo les daba conversación, jeje.
Espectaculares las dimensiones de Torca Ancha
Orificio lateral por el que se monta la cabecera
Tras montar Quique la torca de Juñoso, fuimos directos a la rampa de Maravillas y … efectivamente bailaban los parabolts, pero como todo no puede salir bien, no recordé que los parabolts que pusimos eran del 12, y no llevé llave del 19, así que con gran bajón decidimos salir e ir a comprar una.
Ya fuera comprobamos que Quique tenía una cruceta de quitar la rueda del coche, y que una de las medidas disponibles era 19mm, así que ¡Eureca! Ya fuera decidimos irnos a hacer la compra: comida, cerveza, y en fin, ese tipo de menesteres.
De vuelta y bien comidos nos volvimos a meter a Juñoso, ya con la llave del 19. Pronto llegamos a los anclajes dañados.
Pero, … ¡horror! el espárrago también giraba. En la cabecera, que consta de dos parabolts, uno estaba bien, y el otro giraba. El dañado conseguimos quitarlo. Según fuimos bajando nos dimos cuenta que giraban los siguientes 3 anclajes. El siguiente parabolt, y después de 1 hora, conseguimos apretarlo, pero al ver que el siguiente era casi imposible de arreglar, nos dimos media vuelta. Cuando un espárrago gira, el mejor arreglo posible es quitarlo o cambiarlo.
Decidimos que teníamos que sustituirlos por químicos, pero eso sería en otoño, así que como era tarde y estábamos de bajón por no haber podido solucionar el «asuntillo», decidimos salir y hacer la travesía al día siguiente.
Nos volvimos a la cabaña, cenamos copiosamente, echamos el correspondiente pacharán con apasionada conversación, y al saco.
El día siguiente, ya sin madrugar tanto, a disfrutar de esa maravillosa travesía.
Jorge en el P12-Péndulo hacia la travesía
Quique en la base del P43
Quique en el P9 en fijo
En la galería de la Vagoneta
Esa misma tarde nos fuimos para Madrid los unos y para Guadalajara el otro.
¡Que bonita es esa travesía , madre mía!
Topografía, descripción y ficha técnica en zona de descargas de este foro