Viana en Valsalobre, el plan nunca defrauda: Alfa 1 y Z 3.


Pepe Serrano

No sé que tienen las cavidades de nuestra querida Serrezula de Valsalobre, que como al búho la noche, nos llama desde la oscuridad.  Este plan tenía para mi el acicate personal de poder «compartir anclaje» con un querido amigo con el que hice cuevas cuando éramos jóvenes, pero jóvenes de verdad, que ahora lo somos sólo de espíritu.

La cosa se nos complica un poco durante los días de organización porque nuestros amigos del GAEM de Madrid estaban de curso por la zona, pero nos llamaron, cedimos todos, nos ayudamos (como no se espera otro modo de actuar entre clubes que comparten afición) y fue un éxito su curso y nuestro plan. Los del GAEM se quedaron en la Torreta y Pozo Cornejo, y nosotros optamos por el estupendo albergue de Peñalén.

De Viana veníamos al plan un cuajado grupo de «enamorados de la es espéleo»: Raúl, María, Jesús Martín, Jesús Canfrán, Juanma Santos y el que suscribe.

La noche del viernes llegamos a Peñalén, cenita en el albergue seguida de esos ratos de tertulia que nos dan la vida. Organizamos los grupos de incursión del día siguiente, que serían Canfran y yo juntos (está claro, porque a los dos nos encanta el palique y así podíamos ponernos la cabeza como un tambor mutuamente sin peligro de ruborizarnos) junto a Juanma que padecería nuestra locuaciacidad. Juanma accedió por pura amistad, pero finalmente se lo pasó en grande. En el otro equipo, todas las máquinas, Raúl Jesús Martín y María.

El plan consistía en que un equipo montara la Alfa 1, el otro montara la Z3, nos cambiamos de cavidad y cada equipo desmonta la cavidad no instalada. Con todas estas ideas ya claras, todos a la cama.

A la mañana siguiente y con un estupendo desayuno que incluía torreznillo casero, salimos del albergue de Peñalen y en pocos minutos nos plantamos en el cruce de la pista con la carretera, donde recogimos a Juanma. Nos fuimos cada uno a su sima y ¡al lío!

Descenso del bonito pozo de entrada de Alfa 1

El otro equipo haciendo lo propio en Z3

Comentaré que notamos en Z3 «nivel bajo de oxígeno» en su zona baja, pero sin alarmismos ni «situaciones límite». la Alfa, sin embargo, no tenía ningún problema y fueron tanto un plan como el otro, un verdadero disfrute. Canfrán se reencontró con las cuerdas después de la pandemia y antes de «asaltar» el castillo de Sigüenza, Juanma se reencontró con «la sima» después de más de veinticinco año, todos disfrutamos de la experiencia y el buen hacer en cueva de Jesús Martín y Raúl, y de la «insondable» compañía de María.

Subiendo la Z3

Cabecera del P50 de Alfa 1

Pasamanos Alfa 1

El equipo 1 antes de entrar

De camino entre Z3 y Alfa1 hay que pasar por Juana1 y allí vimos a nuestros amigos de GAEM, a los que pedimos agua  porque íbamos muy justos, bueno, sin nada. De allí nos fuimos con agua para la siguiente cueva y con una Mahou verde helada puesta  ¡olé!

De vuelta en Peñalén, una buena cena, otro rato de tertulia hasta altas horas de la madrugada y otro plan de cuevas habiéndolo pasado de lo lindo.

Pepe Serrano

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