Tonio-Cañuela (29-07-2023): Sustitución cuerdas dañadas. Visita con nuevos federados. 1


 

 

Tonio-Cañuela (29-07-2023): Sustitución cuerdas dañadas. Visita con nuevos federados.

Pepe Serrano

Planteamos, ya hace unos meses, el repetir por enésima vez la travesía Tonio-Cañuela. La finalidad era, sin lugar a dudas, llevar al máximo posible de nuevos federados y que visitando «tal maravilla» en un ambiente grato y divertido, se enganchen a la espéleo, y si es posible, que no la suelten jamás.

Por la sencillez técnica del recorrido, la grandiosidad y belleza de Cañuela y porque muchos del club conocemos el recorrido mejor que los armarios del local,  fue la elegida para los nuevos después de la sima del Fraile de Cifuentes.

La única objeción que teníamos era que se habían levantado todas las alarmas porque había una cuerda fija dañada: la cuerda que te guía por el péndulo entre el E4 y el P4+P6 previos al P55. Pues la solución es tan sencilla como llevar una cuerda para sustituirla, cosa que hicimos y que no sé por qué, acabamos haciendo en casi todas las cavidades y travesías en las que nos metemos.

Finalmente nos apuntamos doce a la actividad, o catorce, añadiendo al padre de Diego y el de Miriam que se apuntaron a la visita de Coventosa del domingo por la mañana. Afortunadamente entre esos doce, había un número lo suficientemente equilibrado entre nuevos y veteranos que hacía de la actividad algo «razonable».  Como cuestión de organización previa, es evidente que los doce no podíamos entrar en tropel, porque el embudo que supone los pasos de cuerda, convertiría una actividad que se suponía disfrutona, en algo tedioso. Así pues, nos partiríamos en dos grupos de seis, dándose 45′ de diferencia entre la entrada de cada grupo e instalando cada grupo varios pozos de forma simultánea.

Los grupos quedaron así:

Grupo 1

Alicia y Diego (montando cuerda)

Jesús Martín y Carmen (pasando sacas de los que desinstalan, a los que instalan)

Miguel González y Miguel Ángel (desinstalando)

Equipo 1 (falta Carmen que hizo la foto)

Grupo 2

Pepe y Alejandro1 (montando cuerda)

Alejandro2 y Mónica (pasando sacas de los que desinstalan, a los que instalan)

Pedro y Jesús Canfrán (desinstalando)

Equipo 2

Evidentemente, este era sólo el planteamiento para el descenso de Tonio. En Cañuela iría cada grupo en «pelotón» disfrutando de la cueva y de cualquiera de las conversaciones de los presentes a la que te quisieses enganchar.

El sitio elegido para pernoctar ha sido el albergue y hostal Coventosa de Asón, que nunca defrauda y del que tenemos muy buenos recuerdos.

La madre de Diego nos agasajó, para los desayunos del sábado y domingo, con dos cajas de bollos de Illana (Guadalajara) que no se los salta un gitano. Pues bien, el sábado temprano, después de ya no poder con más bollos de Illana, nos pusimos en camino hacia Tonio. ¡Ojo! han hormigonado, casi en su totalidad, la pista que sube a las cabañas de Buzulucueva desde la pista asfaltada de Bucebrón (Bustablado). Ahora se llega hasta la boca de Tonio con cualquier vehículo.

El primer equipo entró el sábado a eso de las 10:15 de la mañana y el segundo a las 11:00. No nos encontramos en ningún momento del recorrido, aunque nos escuchamos mientras el descenso de Tonio. El primer equipo nos dejó los dos primeros pozos ya instalados con nuestra cuerda, lo que agilizó la instalación a ambos grupos.

Alicia y Diego cambiaron la cuerda dañada y lo dejaron excepcionalmente bien, cosiendo un ocho de dos orejas a los anclajes existentes, cosa que no es sencilla.

Zona donde se renovó la cuerda

Pedimos al primer equipo que nos dejara instalados los tres últimos pozos de la sima, cosa que hicieron y que también aligeró todo a los dos grupos. El descenso de la sima funcionó bien, yendo seis por grupo, porque el tránsito de sacas con cuerda de cola a punta fue ágil de verdad, cosa que mantuvo el descenso de pozos de forma incesante.

Los nuevos: Alejandro 1, Carmen y Mónica lo hicieron intachablemente bien y disfrutaron de una grata jornada de «cuevas», así que, los volveréis a ver por esta web.

Carmen haciendo el péndulo del P55

 

Alejandro 1 en la cabecera del P15

Mónica en la misma cabecera

Pedro y Canfrán eran unos verdaderos maestros de la recogida de cuerdas y  de pasarlas ensacadas al equipo de cabecera, por otro lado, Alejandro2 instaló con el meñique los tres últimos pozos de la sima.

Pedro y Canfrán en la contra-reloj de recoger y ensacar

Tras el disfrute del descenso de la sima, para los dos grupos, el volado sobre la Olivier Guillaume siempre supone la guinda que te deja en Cañuela, el precioso paseo a lo largo de ese tesoro de la naturaleza.

Carmen volando sobre la Olivier Guillaume

Ahora Miguel

La salida desde Olivier Guillaume hasta la boca de Cañuela, entre dos y tres horas, es el momento de la conversación, de venirte arriba, de ponerte ya «en modo» Mahou verde, de hacer fotos y de ir proponiendo nuevos planes.

Equipo 2 en la zona de las «Sierras»

Equipo 1 en la misma zona

Quizá, de las Sierras a la boca de Cañuela, la única anécdota digna de contar es que el equipo 1, llegados a la Encrucijada, optó por las gateras –Galería Sur– en vez de subir al Bulevar, puesto que nos habían dejado ya instalados los tres últimos pozos de Tonio e iban sin cuerda. No se quisieron arriesgar a encontrarse el P15 del Arco sin cuerda, que estaba en fijo. 

Comentaron que las gateras desde la Encrucijada al Arco, por la galería Sur, no eran tales gateras, sino una cómoda galería sobre la que progresabas caminando. Yo recuerdo esa galería gaterosa en general, pero por allí pasé, aunque un par de veces, ya hace veinte años y los recuerdos se ve que se pixelan con los años. En cualquier caso, equipo 1 por Galería Sur, Equipo 2 por el Bulevar, un paseo hasta la boca de Cañuela, que te saca de allí por el espléndido y sencillo pasamanos de salida.

Ya en la calle, los abrazos de rigor, viaje a Tonio a recoger coches, y por fin al albergue a ducharnos, a cenar y a por la merecida «tertulia-fiestuqui postcueving».

Domingo 30 de julio, plan Coventosa

La mayoria del equipo volvió a Guadalajara y Madrid el domingo después del desayuno, pero los más voluntas se fueron a visitar la sala de los Fantasmas de Coventosa.

Asistentes:

Diego, Miriam, padre de Diego, padre de Miriam -un clásico del Seguntino-, Carmen y Jesús Martín (perdonad Miriam y Diego, pero no me acuerdo de los nombres de vuestros padres).

La actividad fue divertida y mereció la pena. Como curiosidad, unos «lerdos» que se encontraron en el P10 de entrada, sin material, sin asegurarse, sin saber lo que hacían, querían ir a Cueto. Así ocurren los accidentes.

La sala de los Fantasmas no defrauda.

sala de los Fantasmas de Coventosa

sala de los Fantasmas de Coventosa

sala de los Fantasmas de Coventosa

Bueno, y esto fue todo. ¿Que por qué nos gusta la espeleología? ¡Porque no hay nada mejor!

Pepe Serrano


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