Sil de las Perlas – Valporquero (17-10-2015)


 

El viernes 16 de Octubre Fernan (Fernando Muñoz) y el que redacta (Jorge),decidimos irnos a la localidad de Valporquero de Torio (León) a realizar la travesía de «Sil de las Perlas – La Covona».

Este plan se había realizado recientemente en el Club el día 24/07/2015, al cual no pudimos asistir por diversos motivos, quedándonos con esa «espinita clavada», puesto que es una travesía que teníamos muchas ganas de realizar desde hace tiempo.

Llegamos a la localidad de Valporquero de Torio, concretamente al aparcamiento del mirador de La Atalaya sobre las 22:00, donde montaríamos el campo base.

Lo primero que hicimos nada más llegar fue sacar los frontales e ir a ver la boca del Sil de las Perlas, la cual se encuentra a unos 500 metros desde el aparcamiento mencionado anteriormente. ¡Qué ganas teníamos ya de entrar a disfrutar de la travesía!

Luego, una vez de vuelta en el aparcamiento, era la hora de cenar. Deliciosa tortilla de patatas, fiambre y pan de hogaza de la zona que compramos por el camino. Tampoco podían faltar unas cervezas fresquitas.

 

 

Decidimos dormir realizando vivac a pesar del frío. El coche marcaba 3 ºC a las 00:15 horas.

 

 

El sábado nos levantamos a las 7:00, aunque nos hicimos los remolones unos 20 min, jeje. Luego desayunamos, recogimos y nos «vestimos de romanos». A las 9:20 estábamos saliendo del aparcamiento para realizar la bonita aproximación.

 

 

A las 9:30 estábamos retirando la reja de la boca para empezar la travesía.

 

 

Descendimos las primeras rampas de entrada, las cuales se encontraban instaladas en fijo, hasta llegar al primer pozo, un P25, conocido como la Gran Campana, la cual nos dejaría en el centro de una formación de cierta altura, conocida como El Púlpito.

 

 

Bordeamos El Púlpito y pasamos el Paso de las Cuchillas.

 

 

Tras varias rampas llegamos a la Sala del Lago, donde nos encontramos la estrecha cabecera del P30. Seguimos descendiendo sucesivamente los posteriores pozos que nos íbamos encontrando para finalizar con el último rapel de la sima (P31), el cual nos dejaría en el lecho del río.

 

 

Una vez en el lecho del río, empieza la parte acuática de la cueva, con toboganes, cascadas, pasamanos y rápeles, los cuales descendimos con piraña en vez de con el stopper.

 

 

La parte acuática se encuentra equipada en fijo por las empresas de aventura que trabajan en la zona. Nosotros nos encontramos con dos grupos a los cuales adelantamos sin ningún inconveniente.

Seguimos descendiendo por el cauce del río hasta llegar al peculiar paso de la «M». Una vez pasado dicho tramo se ve la impresionante boca de La Covona.

Una vez fuera de la cueva nos encontramos con un bonito rápel volado de unos 30 metros.

 

 

Por último nos quedaba descender el último R17.

 

 

Continuamos andando por el cauce del río, hasta llegar a la altura donde se cruza el río Torio, el cual cruzamos sin dificultad.

Una vez en la carretera a las 14:15 horas, llegaba un auténtico problema, habíamos realizado la travesía habiendo llevado un sólo coche, por lo que no teníamos vehículo en la salida de la boca de La Covona. Así que teníamos varias opciones, la primera era intentar hacer autoestop, aunque con las pintas que llevábamos con neoprenos y demás equipo de espeleo, lo veíamos difícil.

La otra opción que barajábamos era subir «a pata» con la incomodidad del neopreno, o campo a través, con lo que tendríamos que ascender 1,3 km y algo más de unos 300 m de desnivel, o bien por carretera, que serían unos 6,2 km.

Entonces, tuvimos la grandísima suerte de encontrarnos con una chica espeleóloga que venía a realizar la travesía con un grupo de amigos, pero llegó tarde, no pudo realizarla y se encontraba esperando a que sus amigos saliesen de la cavidad. Así que comprendió nuestra situación y accedió a subirnos hasta el aparcamiento de La Atalaya, donde se encontraba el coche.

Una vez nos dejó en el aparcamiento, nos quitamos el «traje de romano», y subimos al mirador del Atalaya para disfrutar del paisaje de la zona antes de irnos de vuelta.

 

 

Antes de emprender el viaje de vuelta, paramos en la localidad de Vegacervera, en un mesón llamado «La Cocinona», que pertenece a una fábrica de embutidos famosa en la zona llamada «El Miserias». Nos habían comentado unos monitores de aventura de los grupos que nos encontramos en la cueva, que con unas cervezas te ibas comido de los pinchos que te ponían. Y tenían razón, con tres botellines que nos tomamos nos fuimos comidos.

Así que a las 16:00 horas estábamos montándonos en el coche para emprender el camino de vuelta.

 

 

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