Retirada del bloque del Pozo del Lago de la sima Juan Herranz I


Guillermo Reguilón

 

El sábado 28 nos metimos en la Juana I (pasamos casi más tiempo ahí que en el sofá de casa) Julio, Iván, Antonio, Noelia, Saúl, Esther, Pepe y yo.
Las ideas eran varias:
– Que Antonio y Esther practicasen un poco en las verticales
– Dejar en fijo el pasamanos que rodea el P20 de la Galería de la Arcilla
– Retirar el bloque que obstruye la entrada al P50 de la  citada galería.
Pero como todo plan de Viana tiene su huerto, en la entrada, Pepe descubrió que se había olvidado el arnés y todo el material textil en casa. Así que, aunque intentamos convencerle para compartir material, o bajar usando un arnés de cinta plana, no lo conseguimos, y se quedó dando un simpático paseo por el bosque.
En la boca coincidimos con otro club que estaba dando un cursillo de iniciación, por lo que decidimos compartir la instalación, montar una línea con nuestras cuerdas, y la otra con su material. Para agilizar montamos nosotros todo, y entramos primero, ya que al estar de cursillo iban abajar más despacio.

Bueno, al turrón. Nos metimos armados con mazas, piquetas, una palanca de metro y medio… y enseguida estaba la sima instalada (Iván montó una línea, y mientras Antonio bajaba, yo iba instalando la otra a su lado).
Del tirón nos metimos en la Galería de  la Arcilla y montamos un pasamanos en fijo sobre los dos parabolts y una estalagmita. La instalación la dejamos “inviolable” a base de unos simpáticos mazazos en la rosca del parabolt y con los seguros de los mosquetones apretados con los alicates, como si no hubiera un mañana (estamos ya bastante requemados con la gente que ha decidido “socializarnos” material que dejamos en las simas, así que, dejamos todo “inviolable”).

Con esto nos metimos en el pozo de acceso al P50, que a 8m de la cabecera tiene una repisa donde se pueden juntar hasta tres espéleos. Aquí sacamos todo el arsenal de mazas y empezamos a darle meneos a un bloque que obstaculiza la entrada al volado de debajo (tal como estaba tenías que arrastrarte por encima del bloque para dejarte caer al vacío al otro lado).
Entre Iván, Julio y yo nos pegamos más de dos horas dale que te pego a la maza y aunque por momentos conseguimos moverlo bastante, no hubo forma de hacerlo caer. Tan sólo conseguimos perder una piqueta, que sí se cayó pozo abajo.
Al final estábamos empapados (el pozo gotea bastante), fríos, y bastante tostados de darle meneos al bloque sin conseguir nada. Además, el resto que estaba esperando en la cabecera, se nos había quedado helado de frío.
Visto el exitazo, nos tragamos las ganas de celebración y empezamos a recogernos. Y tras un pequeño atasco en las cuerdas (el otro club seguía bajando cursillistas), empezamos a subir.
Para rematar la jornada nos pegamos una hora buscando las llaves de uno de los coches, que no aparecían por ninguna parte.
Menos mal que al menos Antonio y Esther demostraron que esto de la espéleo se les da bastante bien y pudimos sacar algo de provecho a la jornada.

EN BUSCA DE LA PIEDRA OBSTRUÍDA

Manoli Rodríguez

Y… sigo yo ahora con la segunda parte de “los picapiedra”. Como dice Guille en su reportaje, había muchas ganas de vencer a esa piedra, así es que tomamos el relevo.  “Guille Mármol” nos convocó el sábado 4 de abril para el segundo intento contra el pedrusco. Acudimos a la llamada “Diego Picapiedra”, la pareja Azañón (Álvaro y yo, Manoli) y Antonio.
Quedamos como siempre en el refugio de la torreta a las 9:30. Álvaro y yo llegamos puntuales y nos encontramos allí a un nutrido grupo de Cemex de Valencia…Habían estado haciendo los días anteriores las Juanas y ya estaban recogiendo…
Llegaron Guille y Antonio y nos fuimos a la Juana I. Allí nos estaban esperando Pedro y Saúl que querían hacer la Raja.
Mientras llegaba Diego, empezamos a organizar el material. Decidimos montar sólo una vía porque éramos pocos y así tendríamos que bajar menos material (con lo que llevábamos ya íbamos bien servidos).

Álvaro montó la vía, casi perfecta, ¡cómo siempre!, yo bajé detrás de él, luego Antonio, Guille y por último Diego.

Nos trasladamos hacia el Pozo del Lago con la “artillería pesada”. Guille instaló el hasta ahora P18, que podría adquirir el nombre de “Pozo de los Picapiedra” ,y después Diego y Álvaro. Antonio y yo nos quedamos arriba de apoyo logístico, esto lo digo porque queda muy bien, pero la verdad, lo cuento ahora que no nos oye nadie, es que no bajamos porque ya no cabía ni un alfiler…
Y ahora empieza el expediente X….
Abajo, Diego empezó a darle al taladro, Guille le seguía de cerca con la piqueta, Álvaro en boxes acercando el taladro, la maza, el cortafríos, otra vez el taladro…¡qué trajín!, sigue Diego y se adelanta por la derecha, muy seguido le pasa Guille por la izquierda….
ARRIBA: ¿Cómo vaisssss?
ABAJO: Se Mueveeee.
ARRIBA: ¡SE MUEVE!
Cronch, cronch, cronch….
ABAJO: Se mueve, se mueve…. pero no cae.
ARRIBA: Se oye, se oye…

Diego hace de Harrijasoketa (los levantadores vascos de piedras), Guille sigue con la piqueta y atención… ¡ahí va la primera caída!, la de la piqueta de Guille (y ya van dos).¡Qué obsesión tiene este chico por tirar cosas al pozo…! Álvaro sigue pasando herramientas, la maza, el taladro, la piqueta, ¿qué piqueta? ¡está en el fondo del lago!, ja, ja ja y no llego….
Mientra tanto, a los de abajo no paraba de caerles agua. En un fenómeno ininteligible de transformación de personalidad, Guille agarra la maceta y se pone a golpear como un loco el piedrolo, como “El rayo que no cesa”, con los pelos de punta y los ojos desorbitados. Álvaro y Diego estaban alucinados del cariz que estaba tomando el asunto. ¿Será por lo de la pérdida de la piqueta? Jjjj.¡Hay que ver que mal llevan algunos eso de tirar cosas al pozo! Y a todo esto, la maldita piedra sin caer.
Un rato después….
ABAJO: ¡Qué va a caer!
ARRIBA. ¡QUÉ VA A CAER!
CLONC , clonc, clonc clonc …… sssssssssss…. ¡CHOFFF!
ARRIBA Y ABAJO: ¡BIEEENNNNNNN!
Algarabía general, aplausos, risas, apretones de manos, abrazos, felicitaciones …. ¡vamos lo normal en estos casos!
Pues ahora a taladrar y a colocar los parabolts. Guille empieza a estudiar dónde colocarlos.
GUILLE: ¿Cómo andamos de batería?
DIEGO: Todavía le queda algo, pero esta máquina pesa demasiado. Y ¿la llave de 17?
GUILLE: ¿No tenías tú una?
DIEGO: NO.
GUILLE: Tengo una en el coche….
DIEGO: ¡MANOLIIII! ¿Cómo andas de fresca?… ¿Puedes subir al coche por otro taladro, las baterías y la llave de 17?
MANOLI: ¡Pues claro! Así no me aburro…
ÁLVARO: Te acompaño y así me muevo un poco.
Álvaro y yo, desandamos nuestros pasos por la Galería de la Arcilla para proceder a subir el pozo de  entrada. Se agradece moverse un poco porque nos habíamos quedado fríos y Álvaro iba mojado y necesitaba entrar en calor.
Cuando ya estábamos bajando de nuevo, la voz de Antonio nos sorprende y nos avisa que tirásemos para arriba porque habían decidido dejarlo para mejor ocasión, ya que también se habían quedado helados y Diego y Guille estaban empapados.
Una vez arriba, agradecemos el espléndido sol que hacía. ¡Qué día más bueno!. Eran alrededor de las cuatro de la tarde y después de recoger todo el material decidimos ir al merendero del refugio de la Zapatilla a reponer fuerzas.

Una vez allí, pusimos en práctica la otra afición que tanto nos gusta: la gastroespéleo. En la mesa no faltaba de nada. Lo pasamos genial recordando lo de la piedra y algunas anécdotas divertidas de nuestra vida espeleológica (a más de uno le “pitarían los oídos” jjjj).
Y… lo siento mucho chicos, esto no debería decirlo, peeero aparte de la chacinería casera de la madre de Diego, que estaba de muerte, de postre, Álvaro y yo les convidamos a unos auténticos y genuinos MIGUELITOS DE LA RODA.
Después de comer, Diego decidió tirar para casa porque había “dormido poco” la noche anterior y estaba cansado. Los demás nos fuimos a tomar un refrigerio al bar de Villanueva.

Y ahora, poneos cómodos, porque como broche de oro de esta crónica, os dejamos con las imágenes en vivo de la caída de la piedra. Como no se pudo grabar todo el episodio porque era muy largo, Guille grabó varios videos cortitos. Álvaro los ha unido y al verlo puede dar la sensación de que fue todo muy rápido, pero la verdad es que se pegaron una buena currada.

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